La mayoría de los casos de traumatismos urológicos van a ser traumatismos renales. Más del 90% de ellos son traumatismos renales. La mayoría de estos van a ser secundarios a un traumatismo contuso, es decir, un golpe contuso por un proceso de aceleración y de desaceleración. Sin embargo, no debemos olvidar también el trauma abierto, ya sea por herida de arma blanca o herida de arma de fuego, que este generalmente va a estar asociado a lesiones orgánicas, es decir, además de una lesión renal, puede haber una lesión de intestinal o hepática o de alguna otra índole.
Para definir la gravedad del traumatismo renal tenemos una clasificación que nos divide según el grado de daño que haya del riñón en cinco grados fundamentales. Recordar el grado I simplemente es una contusión del parénquima renal con un hematoma asociado, el grado II y III en los que ya tenemos una laceración, es decir, un daño en la cortical que según los centímetros es el grado, el grado II es una lesión, una laceración renal de la cortical renal de menos de 1 cm, mientras que el grado tres es una laceración de más de 1 cm. El grado IV, que además de esta laceración y además de afectar la cortical, afecta la médula e incluso llega a tener contacto con la vía y en este caso podemos ver una extracción de contraste cuando hacemos una fase de eliminación en un TAC. La lesión más grave es la lesión grado V donde tenemos una rotura completa o una avulsión renal con afectación de los vasos principales.
CLÍNICA
Va a estar definida básicamente no sólo por por el tipo de lesión, sino que según el grado de lesión vamos a tener hematuria o no, para ver hematuria tiene que haber un contacto con la vía, Entonces estos son para grados mayores, un grado III-IV Suelen estar asociados a hematuria, aunque el grado o la severidad del traumatismo renal no está correlacionado con la severidad de la hematuria.
En un politraumatismo o un traumatismo tendremos que valorar el estado hemodinámico del paciente, puede haber pacientes con un estado hemodinámico conservado, hasta pacientes con un shock hipovolémico en el caso de que haya una avulsión de los vasos renales y nos vamos a valer del TAC. Tórax, abdomen pélvico e inclusive un total body si estamos ante un caso de un traumatismo para no solo valorar la lesión renal, sino para descartar lesiones en otros órganos Es muy importante que el TAC tenga una fase de eliminación, para poder valorar dentro de la clasificación de la severidad del traumatismo renal está el si hay o no extravasación del contraste, con lo cual es importante incluir una fase de eliminación para valorar este parámetro.
MANEJO
Muchas de estas lesiones las podemos tratar de forma conservadora, siempre y cuando el paciente se encuentre dinámicamente estable, lo que va a incluir desde el grado I al grado IV el reposo absoluto por un lado, la monitorización de las constantes vitales, la analgesia y antibiótico para evitar sobreinfecciones de los hematomas que normalmente están asociados a este tipo de lesiones y por otro lado, para disminuir la presión dentro de la vía urinaria, lo que es el sondaje vesical y en casos de grado V, ni siquiera todos porque hay pacientes que presentan avulsiones renales que se mantienen como dinámicamente estable y en un primer momento lo podemos tratar de forma conservadora, aunque tenemos que tomar en cuenta que es muy posible que tengamos que llegar a tener que quitar ese riñón, puede ser una nefrectomía parcial si la evolución es muy localizada en un polo del riñón o en algunos casos también tener que hacer una nefrectomía completa más que todo en casos de inestabilidad hemodinámica donde no podemos esperar.
Dr. Daniel Jiménez Peralta
Urólogo